Una pequeña presentación

Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.

Félix Esteves

Amigos de Los Mínimos y Máximos

jueves, 11 de agosto de 2011

SAMUEL STEWARD: LA VIDA ABIERTA DE UN PIONERO DEL HOMOEROTISMO.

Samuel Morris Steward (1909 -1993), también conocido por el seudónimo de Phil Andros, fue un artista del tatuaje y más tarde se dedico a la escritura de novelas de corte gay. Steward nació en Woodsfield, Ohio y comenzó a asistir a la Universidad de Ohio en Columbus en 1927. Durante el último año de su doctorado se le dio su primer puesto como profesor universitario en Carroll College, en Helena, Montana. En 1936 fue despedido de su puesto en la universidad del estado de Washington debido a su novela que narraba la prostitución homosexual.



Más tarde Samuel se muda a Chicago y enseña en Loyola hasta 1946 y luego en la Universidad DePaul. En 1952 comenzó a tatuar en “La Ciudad de los Vientos” bajo el nombre de Phil Sparrow en parte porque no quería poner en peligro su puesto de profesor en la Universidad DePaul. Dos años después abandona la educación como profesión y se dedica al arte del tatuaje en tiempo completo.

Anteriormente a esta parte de su vida. Samuel viajo a París, ciudad donde siempre soñó vivir, sin embargo dura tan sólo seis meses durante 1932 donde visitó a la escritora Gertrude Stein. Visita París de nuevo en 1937 y se reunió con su gran amiga Gertrude Stein y su pareja la escritora Alice B. Toklas, con quien mantuvo correspondencia durante 20 años después de la muerte de Stein.




En la gran Paris se reunió con muchas otras figuras literarias, como Lord Alfred Douglas (el amante de Oscar Wilde), Thomas Mann y André Gide. Gide una vez le prestó para una noche el bello joven árabe que Gide había traído del norte de África a Francia y que lo tenía como su amante. Esta anécdota personal y muchas otras de carácter homoerótico están expuestas en su autobiografía de 1981. Entre sus famosos amantes se encuentran Ron Hudson, Rudolph Valentino y Thornton Wilder, quien además mantuvo una gran amistad epistolar.


El tatuador y escritor también editó el libro “Querido Sammy: Cartas de Gertrude Stein y Alice B. Toklas” (Houghton Mifflin, 1977), y escribió dos novelas "Gertrude Stein-Alice B. Toklas Misterios", con la famosa de escritoras como una pareja de detectives.

Samuel Steward se reunió con el famoso investigador sexual Alfred Kinsey en torno a 1947 y 48, convirtiéndose en su colaborador, ayudando a Kinsey encontrar nuevos contactos para su controversial libro de antropología cultural y sexual sobre la sexualidad masculina: “El comportamiento sexual en el hombre” o también conocido como “El Informe sobre la Sexualidad Masculina”.


En la década de 1950 hizo dibujos pornográficos, muchos de ellos basados en sus propias fotografías Polaroid. Algunos de su arte fue publicada en la revista homosexual suiza Der Kreis (El círculo). En la década de 1960 comenzó a escribir homoerotismo bajo el nombre de Phil Andros. Sus obras tratan el sexo rudo, fuerte y sadomasoquista, que cae en lo marginal y sórdido, pero con un grado de oscura belleza.

Samuel Steward vivió en una época en la que gran parte de los hombres gays estaban escondidos junto con su historia, el movimiento homosexual en aquel entonces no pensaba salir a la luz pública todavía y apenas pocos hombres se atrevían a hablar de sus experiencias homoeróticas. Samuel, a través de Phil Andros y otros tantos seudónimos se atrevió a sacar de los ceniceros olvidados de un bar, de los closet, de los antiguos confesionarios las experiencias, las vicisitudes, la historia no contada de una gran parte de la población de los hombres que temían vivir su condición sexual. Steward documento, fotografió y plasmó en forma novelada, a veces con cierto prosaísmo y a veces hermosamente oscuro, una realidad que deseaba explotar y gritar: “Aquí estamos.”


Samuel Steward abrió las puertas al mundo de un submundo que simplemente quería ser escuchado, su vida como su obra fue fuente de inspiración para otros muchos hombres que querían desarrollar sin complejos su homosexualidad y destapo el hervidero cultural homoerótico que hasta entonces permanecía tapado pero con ganas enorme de ebullicionar.

Steward murió a los 84 años de la enfermedad pulmonar crónica en Berkeley, California.

Por Félix Esteves

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